Informe

El Estado de las Matronas en el Mundo 2021

Entorno capacitador
ICM, OMS, UNFPA
Última edición 10 enero 2024 18:28 CET
Midwife Juliya Akter is wrapping a newborn and showing the mother how to take care of the newborn. Keraniganj Upazila Health Complex, Bangladesh.

La presentación del informe sobre el Estado de las Matronas en el Mundo en 2021 incluyó recomendaciones de políticas para mejorar la prestación de servicios de salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y del adolescente, así como el liderazgo y gobierno de la partería. Estas recomendaciones de política fueron objeto de una reunión de ministros de salud el 18 de mayo de 2021 y de un diálogo en la 74.ª Asamblea Mundial de la Salud (24 de mayo de 2021), en la que los Estados Miembros de la OMS adoptaron las orientaciones estratégicas mundiales sobre enfermería y partería 2021-2025, basadas en datos empíricos, con una resolución sobre la enfermería y la partería.  

Se pierden millones de vidas de mujeres y recién nacidos, y millones más sufren problemas de salud o lesiones porque no se reconocen ni se priorizan las necesidades de las mujeres embarazadas ni las competencias de las matronas. 

El mundo tiene actualmente una escasez de 900.000 matronas, lo que representa un tercio de las matronas necesarias a escala global. La crisis de COVID-19 ha exacerbado estos problemas y ha eclipsado las necesidades sanitarias de mujeres y recién nacidos, se han interrumpido los servicios de partería y las matronas han sido destinadas a otros servicios de salud. 

Estas son algunas de las principales conclusiones del informe sobre el Estado de las Matronas en el mundo 2021 elaborado por el UNFPA (el organismo de salud sexual y reproductiva de las Naciones Unidas), la OMS (Organización Mundial de la Salud), la Confederación Internacional de Matronas (ICM) y sus socios, que evalúa el personal de partería y los recursos sanitarios conexos en 194 países. 

 La grave escasez de matronas está pasando una terrible factura en forma de muertes que podrían evitarse. Un análisis realizado para este informe, publicado en The Lancet el pasado diciembre, mostró que una atención prestada por matronas con todos los recursos necesarios de aquí a 2035 podría evitar el 67 % de muertes maternas, el 64 % de muertes neonatales y el 65 % de mortinatos. Salvaría unos 4,3 millones de vidas cada año. 

A pesar de la alarma dada en el último informe El Estado de las Matronas en el Mundo de 2014, que también proporcionaba una hoja de ruta para solucionar este déficit, los progresos en los últimos ocho años han sido demasiado lentos. El análisis del informe de este año muestra que, al actual ritmo, la situación solo habrá mejorado ligeramente en 2030. 

La desigualdad de género es un factor no reconocido en esta gran escasez. La escasez continuada de personal de partería es un síntoma de que los sistemas sanitarios no dan prioridad a las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y las niñas y que no reconocen el papel de las matronas –mujeres en su mayoría– para cubrir estas necesidades. Un 93 % de las matronas y un 89 % de las enfermeras son mujeres. 

Las matronas no solo ayudan en el parto. Además, proporcionan atención antenatal y posnatal y una serie de servicios de salud sexual y reproductiva como planificación familiar, detección y tratamiento de infecciones de transmisión sexual, y servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes, al tiempo que garantizan que el cuidado sea respetuoso y defienden los derechos de las mujeres. A medida que el número de matronas aumenta y pueden prestar cuidados en un entorno capacitador, la salud de las mujeres y los recién nacidos mejora en general, lo que beneficia a toda la sociedad.  

Para que las matronas desarrollen todo su potencial para salvar y cambiar vidas se necesitan más inversiones en su educación y formación, servicios dirigidos por matronas y que estas ocupen puestos de liderazgo. Los Gobiernos deben dar prioridad a la financiación y el apoyo de la partería y tomar medidas concretas para incluir a las matronas en la elaboración de políticas sanitarias.