Una pasión de toda la vida por fortalecer la partería: nuestra entrevista con la expresidenta de la ICM, Bridget Lynch
Una forma de entender los desarrollos clave de la partería es observar la carrera de la expresidenta de la ICM, Bridget Lynch. Esta educadora de matronas de Toronto, Canadá, fue la presidenta de la ICM de 2008 a 2011. Durante su mandato, se produjeron avances significativos para la Confederación, incluyendo el desarrollo de estándares globales en formación y regulación, el primer congreso de la ICM en África y el lanzamiento del primer Reporte sobre el Estado de la Partería en el Mundo (SoWMy, por sus siglas en inglés). También fue durante su mandato cuando las agencias sanitarias de la ONU (la OMS, el UNFPA, el Banco Mundial y la UNICEF, conocidos como The Health 4 o H4) identificaron al personal de partería como clave para mejorar la salud materna y neonatal, así como la necesidad de 350.000 matronas y matrones más en todo el mundo.
Como parte de la celebración de nuestro centenario y de nuestros esfuerzos por documentar la historia de la partería, conversamos con Bridget para explorar cómo evolucionó la profesión durante su presidencia y cómo su carrera contribuyó a la ICM que conocemos hoy.
Su motivación para dedicarse a la partería surgió de su propia experiencia de parto en Canadá a principios de la década de 1970.
“Tuve una bebé en el hospital y se la llevaron a la sala de recién nacidos luego del parto; éramos una madre y bebé sanas, y yo estaba fuera de mí porque se la habían llevado”, cuenta Bridget. “Cuando mi esposo llegó al día siguiente, le dije: si vuelvo a tener un bebé, lo voy a tener en casa. Vi que era la única forma de tener a mi bebé conmigo. Fue esta experiencia la que me hizo ver que las mujeres y las familias deberían ser las principales responsables de decidir dónde y cómo dar a luz. Me propuse involucrarme, no solo por mí, sino por mi hija y todas las generaciones futuras, y se convirtió en mi pasión de por vida”.
En 1994, se convirtió en una de las primeras matronas reguladas de Canadá, abogando por un mayor reconocimiento de las matronas y la partería en su provincia y en todo el país. La Confederación Internacional de Matronas (ICM) desempeñó un papel fundamental en este esfuerzo en cuanto a defensa y promoción. “El logro de la regulación de una profesión autónoma de partería en Ontario y otras provincias de Canadá contó con el apoyo de nuestros miembros en la ICM”, dice Lynch. “Ayudó a convencer a los gobiernos provinciales de la legitimidad de la profesión”.
En 1999, Bridget, ahora presidenta de la Asociación de Matronas de Ontario, asistió a la reunión del Consejo de la ICM en Filipinas, donde fue una de las varias matronas canadienses que representaban a las asociaciones de matronas de sus respectivas provincias. Reconoció que había llegado el momento de establecer una profesión de partería más fuerte y unificada en Canadá y, al volver del Congreso, empezó a trabajar para conseguir este objetivo.
“En aquel momento, la Confederación Canadiense de Matronas era un grupo poco organizado en el que los presidentes de cada una de las asociaciones provinciales se reunían para debatir temas en común”, comenta Lynch. “Basándome en mi experiencia en la reunión del Consejo de la ICM en Manila, propuse que disolviéramos la Confederación y creáramos una asociación nacional de matronas que representara a todas las matronas canadienses a nivel federal”. La propuesta se aceptó y en la siguiente reunión del Consejo de la ICM en Viena en 2002, en lugar de las asociaciones provinciales, Canadá estuvo representada por la Asociación Canadiense de Matronas y Bridget estuvo como representante del Consejo. En ese momento, también fue la primera canadiense elegida como representante regional de las Américas en el Consejo de la ICM.
Este es solo un ejemplo de su carrera en la que abogó por una mejor colaboración entre las matronas y matrones.
Después de servir como representante regional de la ICM para América del Norte y el Caribe, fue elegida Subdirectora de la ICM. Durante su mandato, la ICM reescribió los Estatutos, y el papel de una Directora y Subdirectora elegidas se cambió por el de una Presidenta y una Vicepresidenta elegidas. Como parte de ese proceso, encabezó un nuevo modelo de gobernanza en el que el Consejo de la ICM (formado por dos representantes de cada asociación miembro) determinaría las orientaciones estratégicas del Plan Trienal de la ICM. Esto contrasta con el sistema anterior, en el que el Consejo se presentaba con prioridades y recomendaciones predeterminadas en gran medida por la Junta Directiva.
“Creamos una oportunidad para que el Consejo (las asociaciones miembro) determinara las prioridades estratégicas de la organización dándoles tiempo para debatir y priorizar los temas durante la reunión del mismo”, afirma Lynch.
En 2008, en la reunión del Consejo de la ICM celebrada en Glasgow (Escocia), el Consejo puso en marcha este nuevo proceso y dio prioridad al fortalecimiento de la formación de matronas y matrones, la regulación y las asociaciones de miembros. La expresidenta dijo lo siguiente sobre la importancia de la dirección establecida durante dicha reunión:
“El mandato que recibimos fue una oportunidad de oro para que la ICM fuera proactiva y tomara la iniciativa de desarrollar normas de formación y regulación reconocidas a nivel mundial. En ese momento, los gobiernos de los países de bajos recursos estaban intentando reforzar la partería, pero en ausencia de normas mundiales, cada país estaba esencialmente por su cuenta y desarrollando programas educativos muy diferentes con distintos ámbitos de práctica. También me di cuenta de que la educación, la regulación y la asociación profesional son «pilares» interconectados: si uno de ellos es débil, toda la profesión lo es. Teníamos que encontrar la manera de reforzarlos todos”.
Con este nuevo mandato del Consejo, Bridget consiguió financiación del gobierno sueco para crear dos grupos de trabajo: uno para desarrollar normas globales para la formación en partería y otro para desarrollar normas globales para la regulación. Los grupos de trabajo incluían a expertos en partería de todo el mundo y, para garantizar el reconocimiento y el respaldo mundial de esta labor, colaboraron con el UNFPA, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) y la Asociación Internacional de Pediatría (IPA). Éstas se convertirían en los primeros estándares globales de formación y regulación para cualquier profesión sanitaria en el mundo.
Para ella, los puntos de orgullo de su carrera se deben en gran medida a los esfuerzos por dar prioridad a la representación y la inclusión, y por involucrar a más voces de más países en el trabajo global de la ICM.
“Una de las cosas de las que estoy más orgullosa es de la creación de redes de matronas en la formación, la regulación y el fortalecimiento de las asociaciones profesionales que se produjo durante esos tres años”, manifestó Lynch. “Recuerdo que en un momento dado me di cuenta de que había más de 100 líderes de partería de África, Sudamérica, el Caribe, Asia, Europa y Norteamérica totalmente comprometidos e involucrados con este trabajo. Eso es lo más importante para mí como Presidenta de la ICM: reconocer y comprometer a estos líderes de la partería directamente para determinar el futuro de la profesión. Para que la ICM siga siendo fuerte, debe ser relevante en la vida de las matronas de todo el mundo”.
Además de su trabajo en materia de formación, regulación y fortalecimiento de las asociaciones, también conceptualizó una de las campañas más exitosas de la ICM hasta la fecha: El camino a Durban, una iniciativa para promover el Congreso Trienal de 2011 en Durban, Sudáfrica. Durante los meses previos al Congreso, las matronas y matrones de varias regiones expresaron su preocupación por la seguridad de los viajes a Sudáfrica, lo que provocó una creciente preocupación por la escasa asistencia.
Para hacer frente a esto, sugirió aprovechar el 5 de mayo, Día Internacional de la Matrona (DIM), que era dos meses antes del Congreso de Durban, para promover el Congreso y las preocupaciones de las matronas en África. La campaña ‘Camino a Durban’ motivó a las asociaciones de partería de todo el mundo a organizar caminatas de 5 kilómetros el Día Internacional de la Matrona en ciudades y pueblos de sus países para resaltar las devastadoras tasas de mortalidad materna e infantil en África y la necesidad de contar con más matronas como respuesta a este problema.
“La campaña fue muy emocionante: participaron docenas de países, con miles de matronas, matrones y sus simpatizantes, además de muchos eventos de prensa”, comentó Bridget. “Tuvimos matronas y matrones caminando en el alto Ártico en Canadá, así como en pequeñas islas del Mar del Sur. No solo creamos un foco de atención sobre las muertes innecesarias en el parto en toda África, sino que muchas personas me dijeron después que gracias a esa caminata decidieron ir al Congreso de la ICM en Durban, el cual terminó siendo un tremendo éxito con una de las tasas de asistencia más altas de la historia”.
La campaña ‘Camino a Durban’ fue algo más que un punto culminante en su carrera: fue otra oportunidad para aprovechar la fuerza de la comunidad mundial de partería para crear conciencia sobre la profesión y aumentar la inversión en las matronas y la partería.
El Congreso de 2011 fue también el primero en el que se invitó a socios globales a presidir paneles, a conocer a matronas y matrones de todo el mundo y a los problemas que les afectan y a las comunidades a las que sirven. Un momento inolvidable para Bridget fue el lanzamiento del primer Reporte sobre el Estado de la Partería en el Mundo, y la reacción a ese informe de los principales socios de la ICM.
“El editor de The Lancet subió al podio y, tras anunciar que The Lancet publicaría su primera serie sobre partería, añadió: «Asistir a este congreso me ha cambiado la vida, ¡ojalá hubiera nacido matrón!””.
“Fue un momento de orgullo”, dice Lynch. “Todo lo que podía pensar era ‘¡lo logramos! Todas nosotras trabajando juntas, ¡mira lo que somos capaces de conseguir! Mira a estas increíbles matronas, hermanas y amigas. Qué suerte he tenido de trabajar con todas ustedes”.
Ahora que la ICM está a punto de cumplir su centenario, Bridget es optimista respecto al futuro de la organización, las matronas, los matrones y la partería.
“Mi esperanza es que la partería se convierta en una profesión totalmente autónoma en todo el mundo, con programas de formación y regulación sólidos y asociaciones profesionales eficaces; una profesión que atraiga a personas del más alto nivel dedicadas a promover y proteger la salud reproductiva y del recién nacido y los derechos humanos reproductivos”, afirma Lynch. “La ICM debe seguir liderando la representación de la profesión en el ámbito mundial, asumiendo el liderazgo como expertos en el cuidado de la díada humana desde la comunidad hasta el entorno terciario, al tiempo que continúe apoyando la evolución de las necesidades de formación, regulación y asociación”.