Asuntos humanitarios y climáticos, Defensa y promoción, Liderazgo, Américas

Pasa el micrófono: Sara Jean, Día Mundial de la Salud Mental 

ICM
4 noviembre 2024

La salud mental es un componente integral y esencial de la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la salud mental como un estado de bienestar psicológico que permite a las personas afrontar las presiones de la vida, reconocer sus competencias, aprender y trabajar de forma productiva y contribuir positivamente a sus comunidades. 

La salud mental es mucho más que la ausencia de trastornos mentales. Viene determinada por diversos factores socioeconómicos, biológicos y ambientales. 

Los profesionales del área de la salud, incluidas las matronas y matrones, no son inmunes a los factores que afectan a la salud mental, como el estrés de la vida cotidiana, el aumento del costo de la vida, el exceso de trabajo y la fatiga emocional. De hecho, a menudo sienten estos retos como una parte constante de su diario vivir, especialmente en el caso de quienes trabajan en primera línea o en entornos humanitarios. 

Este año, en reconocimiento del Día Mundial de la Salud Mental, presentamos a Sara Jean, una matrona haitiana que vive la actual crisis política en Haití, en nuestra serie ‘Pasa el micrófono’. Comparte su experiencia personal de estar embarazada durante esta época de inestabilidad, mientras atiende a otras personas, a la vez que teme por su propia seguridad, la de su bebé y su familia. 

Sara Jean es una joven matrona, miembro de la Asociación de Matronas de Haití, además de madre y esposa. Desde que terminó sus estudios en partería en su país en 2016, ha trabajado tanto en entornos hospitalarios urbanos como rurales. 

¿La crisis política de Haití ha tenido algún impacto en su salud mental? 

La actual crisis política de Haití ha afectado mucho a mi salud mental. A menudo me siento estresada, sufro de insomnio, nerviosismo, fuertes dolores de cabeza, dificultad para concentrarme y, a veces, experimento síntomas de depresión. Me preocupo constantemente por mi hija pequeña, por su futuro y por la finalización de su curso escolar, que se ve interrumpido una y otra vez por las invasiones de bandas armadas o por los interminables disturbios sociopolíticos de Haití. Todos los días vivo con el temor de que le ocurra algo cuando la dejo en la guardería. 

También pienso en los otros niños, que siguen intentando hacer frente a todo. ¿Se verán atrapados en la oleada de delincuencia juvenil que ha asolado Haití durante años, empeorando aún más las cosas? Anhelo un gran cambio en Haití. Es muy difícil mantenerse mentalmente fuerte en estas condiciones. 

¿Cómo es una matrona que trabaja durante una crisis humanitaria? 

Para mí, una matrona en una crisis humanitaria es una heroína o una guerrera. Es difícil imaginar a qué se enfrentan los profesionales de la salud en estas situaciones. En Haití, por ejemplo, desde que empeoró la situación política, todos los sistemas y estructuras se han venido abajo. Las matronas salen cada día de sus casas para ir a trabajar, sin saber lo que les espera. Ahora que 80% de la capital se considera territorio perdido, controlado por bandas fuertemente armadas, las matronas deben atravesar estas zonas peligrosas con regularidad para prestar atención esencial a las mujeres de estas comunidades. 

Una matrona en este contexto debe ser mentalmente fuerte y resistente para enfrentarse a estos peligros y seguir trabajando a pesar de las adversidades. 

¿Cómo fue prestar asistencia durante el estallido de la crisis? 

Siempre recordaré esa época por lo dura y complicada que fue. Yo trabajaba en una zona rural, mientras que mi esposo y mi familia vivían en la capital. Normalmente, trabajaba de lunes a jueves y solo tardaba 2 horas en viajar entre mi casa y el trabajo, volviendo a Puerto Príncipe cada fin de semana. Sin embargo, durante la crisis, ese trayecto de un par de horas se convirtió en 8 porque había gente armada por todas partes en la ciudad. Cada vez que pasábamos, teníamos que pagarles, arriesgándonos a que nos secuestraran o algo peor. 

Pero eso no era lo peor. Cuando por fin llegamos a nuestro destino, una de las regiones más peligrosas de Haití, todos los casos de lesiones graves, heridas de bala y agresiones sexuales causadas por los grupos armados llegaban al hospital donde yo trabajaba. Fue desgarrador ver que nadie se salvaba y me afectó profundamente. También estaba embarazada y me sentía agotada, como si no pudiera seguir. Me tomé un breve descanso para recuperar el aliento, pero no podía alejarme mucho tiempo. Me gusta sentirme útil y, lo que es más importante, las mujeres embarazadas de la comunidad me necesitaban. Así que, a pesar de los riesgos, volví a trabajar en el hospital. 

Estaba constantemente estresada y preocupada por las posibles complicaciones de mi embarazo. Pero mi mayor temor era ponerme de parto por la noche, cuando el peligro era mayor. Podría enfrentarme al riesgo de ser golpeada o agredida sexualmente, por muy urgente que fuera la situación. 

¿De qué manera sus compañeras matronas la apoyaron en esos momentos? 

Fue un periodo muy difícil, pero tuve la suerte de contar con dos matronas que siempre estuvieron a mi lado. Siempre estaban disponibles, ofreciéndome un apoyo que iba más allá de la atención prenatal. Siempre que me sentía mal, fuera la hora que fuera, estaban ahí para escucharme y tranquilizarme. Ese apoyo emocional fue más importante para mí que cualquier atención médica que hubiera recibido durante el embarazo. Me hizo darme cuenta de lo vital que es el apoyo a la salud mental durante el embarazo y de cómo las matronas y matrones crean un entorno seguro y enriquecedor que ayuda a las futuras madres a sentirse seguras y comprendidas. 

¿Qué lecciones ha aprendido de su experiencia con la salud mental y el embarazo? 

Pasar por un embarazo en crisis me hizo comprender realmente la importancia de dar prioridad a la salud mental de una mujer embarazada a lo largo de todo el proceso. El apoyo de la familia, los amigos, la pareja y, sobre todo, el de la matrona o el profesional sanitario no tiene precio. En momentos de miedo e incertidumbre, especialmente con depresión, una mujer embarazada deposita una gran confianza en su matrona para que la ayude a superar el embarazo y sus retos. 

El apoyo psicológico debe formar parte de la atención a la maternidad, especialmente en contextos humanitarios. El estrés añadido que supone preocuparse por el embarazo y la seguridad personal y familiar puede perjudicar gravemente la salud materna y aumentar el riesgo de mortalidad materna y complicaciones. 

Esta experiencia me enseñó que, más allá de la atención médica, las matronas deben escuchar y crear un vínculo de confianza. Esa conexión hace que la mujer embarazada se sienta segura, apoyada y valorada. En resumen, la atención a la salud mental de las embarazadas debe tomarse más en serio. 

¿Cómo pueden las matronas estar mejor preparadas para apoyar la salud mental de las mujeres durante el embarazo y el parto, especialmente en situaciones de crisis? 

La salud mental en Haití, como en muchos otros países de ingresos bajos y medios, suele pasarse por alto, junto con las consecuencias de descuidarla. Las matronas desempeñan un papel vital en el apoyo a la salud mental de las mujeres durante el embarazo y el parto, y esta responsabilidad se vuelve aún más crítica en situaciones de crisis. Para estar mejor preparadas, las matronas deberían recibir: 

  • Formación especializada en salud mental perinatal, centrada en temas como la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático. Esto les ayudará a detectar tempranamente los trastornos mentales y a prestar el apoyo adecuado a las embarazadas. 
  • Formación en respuesta a emergencias con el fin de prepararlas para intervenciones específicas, como primeros auxilios psicológicos y técnicas de gestión del estrés para mujeres vulnerables. 
  • Acceso a recursos y redes de apoyo para referir a las mujeres a servicios de salud mental adecuados, como psicólogos o asesores especializados. 
  • Apoyo interprofesional, ya que las matronas suelen tener que colaborar con otros profesionales de la salud, como psicólogos y trabajadores sociales, para ofrecer una atención holística e integrada. 
  • Apoyo emocional y gestión del estrés para ellas mismas, ya que las matronas suelen estar sometidas a un estrés considerable, especialmente en situaciones de crisis. Proporcionarles oportunidades para informarse y apoyo psicosocial es esencial para garantizar que puedan estar plenamente presentes para sus pacientes. 

Creo que, incorporando estos elementos a su formación y práctica, las matronas estarán mejor equipadas para apoyar la salud mental de las mujeres, especialmente en situaciones de crisis en las que la vulnerabilidad es mayor. 

¿Alguna recomendación para las matronas que trabajan bajo presión o tienen problemas de salud mental? 

Las matronas que trabajan bajo presión o tienen problemas de salud mental necesitan un apoyo adecuado para mantener su bienestar. El acceso a servicios de apoyo psicológico, como consultas con profesionales, es esencial. Las líneas de ayuda específicas para profesionales de la salud también pueden proporcionar asistencia rápida en momentos de crisis. Además, los foros de debate o las sesiones informativas tras acontecimientos que generan estrés ofrecen la oportunidad de compartir experiencias y aligerar la carga emocional. 

Es fundamental formar a las matronas en la gestión del estrés y la resiliencia mediante técnicas de relajación. También es importante crear entornos propicios; hay que invitar a las matronas a que se tomen descansos regulares, practiquen el autocuidado y establezcan límites claros entre el trabajo y la vida personal. Las instituciones deben aplicar políticas de bienestar mental que permitan las bajas por enfermedad debidas a problemas de salud mental y fomentar una cultura en la que estos temas puedan debatirse abiertamente. 

Adoptando estas medidas, las matronas estarán mejor preparadas para cuidar de su propio bienestar sin dejar de prestar una atención de calidad a las mujeres a las que atienden.