Asociación, Asuntos humanitarios y climáticos, África

En sus propias palabras: Matronas que se enfrentan a crisis y conflictos 

ICM
9 mayo 2025

Reflexiones de estudiantes y graduadas de partería en el noreste de Nigeria y Somalia 

Anualmente, el 5 de mayo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Matrona, un momento para honrar la labor vital que desempeñan las matronas y matrones al proteger la salud de las mujeres y los recién nacidos. El lema de este año ‘Matronas: cruciales en toda crisis’, resuena profundamente en lugares como el noreste de Nigeria y Somalia, donde las matronas brindan atención esencial en medio de conflictos, recursos limitados y riesgos persistentes para su seguridad. 

En el estado de Yobe, ubicado en el noreste de Nigeria, años de violencia y desplazamiento causados ​​por la insurgencia de Boko Haram han afectado gravemente la formación en partería, además de la contratación y la permanencia de matronas. En Somalia, décadas de conflicto, inundaciones y sequías recurrentes han desplazado a millones de personas, dejando a comunidades enteras sin acceso a estas profesionales. 

Sin embargo, a pesar de estos abrumadores desafíos, las matronas siguen presentes, brindando atención con valentía y compasión. 

Para comprender sus realidades, el consorcio de investigación EQUAL realizó entrevistas exhaustivas y debates en grupos focales con estudiantes de partería, recién graduadas y matronas en sus inicios de carrera en ambos países. Este blog comparte sus opiniones mientras reflexionan sobre sus motivaciones, miedos, frustraciones y esperanzas para el futuro. 

 

País  Tasa de mortalidad materna  Tasa de mortalidad neonatal  Tasa de mortinatos  Matronas por cada 10.000 habitantes  Personal de enfermería y partería por cada 10.000 habitantes  
Somalia  563  35  35  1,5  1,7 
Nigeria  993  34  24  N/A  16,5 

Un llamado al servicio 

En el noreste de Nigeria y Somalia, las matronas describieron su decisión de ejercer la profesión como una vocación: 

“Mi tía murió al dar a luz, mi abuela murió al dar a luz y mi madre creció sin mamá. Por eso quise ser matrona”, (Graduada, Somalia). 

Para algunas, las experiencias de la infancia despertaron su pasión por servir: 

“Una madre sentada bajo un árbol me llamó. Había dado a luz allí y necesitaba ayuda. Usé una piedra para cortar el cordón… Cada vez que recuerdo ese momento, me invade el dolor”, (Graduada, Somalia). 

A otras las movía el deseo de cubrir las carencias en la atención, entonces se vieron obligadas a volver a casa y estar al servicio de los más vulnerables: 

“La comunidad carece de profesionales que puedan brindar atención, así que quise estudiar partería comunitaria y regresar para ofrecer mis servicios”, (Graduada, Nigeria). 

“Lo que me emociona es ver a una madre que dio a luz con mi ayuda, caminando con su hijo años después. Me llena de alegría y orgullo. No aprendí esto solo por dinero, lo aprendí para enriquecer mi mente y ayudar a mi comunidad”, (Graduada, Somalia). 

 

Trabajar en medio del conflicto 

Sin embargo, la partería en zonas de crisis no se trata solo de pasión y dedicación, sino de supervivencia, ingenio y resiliencia. 

“Es una zona roja, allí está Boko Haram, siempre estamos esperando que pase algo, no estamos seguros”, (Graduada, Nigeria). 

“Hubo muchos incidentes. Una vez, cuando iba de Mogadiscio a Balcad, esa noche hubo un ataque de Al-Shabab. En ese momento, tenía mucho miedo. Pensé que iba a morir. Nuestro centro está cerca de donde residía el ejército del gobierno, así que siempre que hay enfrentamientos temo por mi vida. Aunque la gente dice que vivimos cerca de la base del gobierno y que es mejor, creo que la gente que vive dentro de la ciudad, lejos de las bases, está mejor. Afortunadamente, el ataque ocurre principalmente de noche, cuando nuestro centro está cerrado y estamos en casa”, (Graduada, Somalia). 

Las matronas describen que cierran las puertas de la clínica durante los turnos de noche y se cambian de uniforme para evitar ser identificadas y secuestradas. Algunas familias se niegan a que sus hijas acepten ofertas de trabajo en zonas rurales, donde la necesidad es mayor. 

“Hay veces que oyes a la gente correr. Te dicen que viene Boko Haram. Como ya llevas el uniforme, tienes que buscar ropa para cambiarte, porque si te identifican como trabajadora sanitaria, te secuestrarán. Es una cuestión de vida o muerte”, (Estudiante, Nigeria). 

“Recibí una oferta de trabajo… pero mis padres la rechazaron. No podía arriesgarme a ir a un lugar que no fuera seguro para mí”, (Graduada, Somalia). 

 

En busca de reconocimiento y respeto 

Incluso dentro de sus propias comunidades, las matronas luchan por el respeto, especialmente las mujeres jóvenes solteras: 

“Algunas comunidades no apoyan a las matronas jóvenes y con formación… creen que solo las matronas tradicionales que cuentan con experiencia pueden realizar esta labor”, (Graduada, Somalia). 

“Si un hombre viene y quiere casarse contigo, su familia le dirá que no siempre estás en casa y que duermes fuera, sin saber que estás ahí salvando vidas. Aun así, te estigmatizan y te insultan. Incluso si acepta el matrimonio, su familia se opondrá”, (Estudiante, Nigeria). 

Sin embargo, el cambio está ocurriendo y cada parto seguro ayuda a cambiar las percepciones. La educación y el profesionalismo se han convertido en una fuente de inspiración: 

“El arduo trabajo de las matronas jóvenes demuestra la ventaja de la educación de las niñas”, (Graduada, Somalia). 

Muchas hablaron de cómo la partería les ayudó a desarrollar un sentido de autonomía y ambición, a pesar de la presión social para mantener los roles de género tradicionales: 

“Cuando empecé con la partería, me volví muy ambiciosa. Es más, cuando empecé a ejercer y salvé a una madre y a su hijo, me llené de felicidad”, (Estudiante, Somalia). 

“La mayoría de las veces, nos dicen que nos casemos. Nos presionan muchísimo cuando no estamos listas para eso y creen que una niña con educación acabará en la cocina”, (Estudiante, Somalia). 

 

Capacitadas y preparadas, pero con muy poco apoyo 

Muchas matronas sienten que su educación les proporcionó los conocimientos básicos y la confianza para gestionar partos sencillos: 

“Nos enseñaron desde el ingreso hasta el parto y el seguimiento luego del nacimiento: las señales de peligro, la atención posparto, las emergencias; lo cubrimos todo”, (Estudiante, Somalia). 

“Como matrona, tengo los conocimientos necesarios, tanto teóricos como prácticos, y confío en que puedo atender casos sencillos en el nivel de atención primaria. Aquellos que no puedo tratar, los remito a la atención hospitalaria de tercer nivel”, (Estudiante, Nigeria). 

Sin embargo, pese a sentirse preparadas, persisten las deficiencias. Habilidades como la reanimación neonatal, la ecografía o el manejo de complicaciones rara vez se enseñan en profundidad, lo que deja abrumadas a las matronas que inician su carrera, especialmente en puestos rurales con escasa mentoría y supervisión: 

“Principalmente las universidades se centran en teorías generales y conocimientos básicos, pero no hacen mucho hincapié en las habilidades prácticas necesarias en el ámbito laboral. Al empezar a trabajar, es necesario saber varias cosas, como los medicamentos utilizados para el manejo de la preeclampsia, la eclampsia y otras complicaciones. También es necesario conocer los nombres de todo el equipo, su uso y la esterilización. También se necesita aprender a interactuar con los pacientes, comprender sus comportamientos y gestionar sus necesidades eficazmente”, (Graduada, Somalia). 

Conseguir un trabajo presenta otro gran desafío. Muchas se ofrecen como voluntarias durante meses, mientras que otras se enfrentan a discriminación o nepotismo en los procesos de contratación: 

“Me postulé en ocho cargos para los que estaba cualificada. Ni siquiera me preseleccionaron. Es realmente decepcionante”, (Graduada, Somalia). 

 

Lo que más les importa a las matronas 

Al preguntarles sobre el trabajo de sus sueños, las matronas no mencionaron el salario. En cambio, mencionaron la seguridad, el apoyo y la oportunidad de servir a sus comunidades: 

“Si no hay seguridad, nada más importa”, (Graduada, Somalia). 

“Si me pagan, genial. Si no, seguiré trabajando. Las madres nos necesitan”, (Graduada, Somalia). 

 

Una descripción del trabajo con riesgos y recompensas 

Las matronas en entornos frágiles no solo ayudan a las mujeres a dar a luz, sino que también se enfrentan a conflictos, al estigma y trabajan en sistemas que con demasiada frecuencia les fallan a ellas y a quienes atienden. 

En el Día Internacional de la Matrona, el reconocimiento no es suficiente. Es hora de actuar. Gobiernos, donantes y socios globales deben intensificar sus esfuerzos para garantizar un salario justo, condiciones seguras, capacitación continua y un apoyo significativo para las matronas en los contextos más difíciles: 

“Estudiar en nuestro país puede ser un desafío. Existe la posibilidad de que, al salir de casa, oigas una bomba explotar cerca o que las carreteras se cierren y tengas que caminar el resto del día. Si sales temprano, podrías encontrarte con un embotellamiento o tener que bajar del autobús y caminar a clase. Eso es lo peor. Sin embargo, tienes que enfocarte en tus metas, ya que no se logra nada sin esfuerzo. Necesitas tener fuerza de voluntad y creer que puedes superar esto”, (Estudiante, Somalia). 

“Este trabajo es en lo sucesivo y para buenas obras. El salario es bajo, pero siempre hay alguien que necesita tu ayuda”, (Graduada, Somalia). 

Las matronas están en primera línea todos los días y no deberían estar solas. Es hora de que los sistemas y los líderes redoblen sus esfuerzos. 

Obtenga más información sobre los estudios que relatan estas experiencias en Somalia y Nigeria.