Fortalecimiento de la partería y la salud sexual y reproductiva en Sierra Leona

Asesoras de partería de la Confederación Internacional de Matronas (ICM) viajaron recientemente a Freetown, Sierra Leona, para trabajar junto con la Asociación de Matronas de Sierra Leona (SLMA, por sus siglas en inglés) como parte de la iniciativa Colaboración para las Mujeres (C4W) y Atención Conjunta al Aborto y la Anticoncepción. Su visita marcó el inicio de una serie de talleres de capacitación diseñados para promover la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR) de las mujeres y las niñas, en concordancia con la competencia 2 de las Competencias esenciales para la práctica de la partería.
Durante tres días, 31 participantes, entre las que se encontraban educadoras de partería y matronas clínicas, se reunieron para fortalecer sus habilidades clínicas y su comprensión de la atención basada en los derechos. Muchas de ellas habían viajado largas distancias desde provincias rurales remotas, donde a menudo son las únicas proveedoras cualificadas disponibles. Aunque ya tenían experiencia en la prestación de servicios esenciales, estaban ansiosas por fortalecer su capacidad para proporcionar servicios de planificación familiar (PF) y atención postaborto (APA), proteger la autonomía, la privacidad y la confidencialidad de las mujeres, y garantizar que la atención se base siempre en el consentimiento libre e informado.
Contexto sanitario en Sierra Leona
Sierra Leona, un país de África Occidental con unos siete millones de habitantes, se enfrenta a complejos retos en materia de salud. El país salió de una guerra civil de 11 años en 2002 y sufrió la epidemia del Ébola en 2014. Su población es muy vulnerable a los desastres climáticos, como las inundaciones y los deslizamientos de tierra. El sistema de salud padece de una severa falta de personal, con solo dos profesionales cualificados por cada 10 000 habitantes, muy por debajo de los 23 por cada 10 000 recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
La demografía del país también determina sus prioridades en materia de salud pública: aproximadamente 70% de los sierraleoneses tienen menos de 35 años. Las tasas de embarazo adolescente se encuentran entre las más altas del mundo, con 21 % de las niñas de entre 15 y 19 años ya embarazadas o que han dado a luz. 59% de las mujeres en edad reproductiva utilizan métodos anticonceptivos modernos y las cifras van en aumento.
La salud materna ha mejorado significativamente en las últimas dos décadas. La tasa de mortalidad materna se redujo de 1682 muertes por cada 100 000 nacidos vivos en 2000 a 354 en 2023, lo que supone una reducción de 79%. El Gobierno fijó el objetivo de reducir esta cifra por debajo de 70% para 2030. A pesar de los avances, los abortos inseguros siguen contribuyendo con aproximadamente 10% de las muertes maternas y 82% de los abortos ilegales realizados en 2024 provocaron complicaciones.
Ley del aborto y esfuerzos de reforma
El aborto en Sierra Leona se rige por la Ley de Delitos contra la Persona de 1861, una ley de la época colonial que penaliza el procedimiento, excepto cuando la vida de la mujer corre peligro. Actualmente no existe una formación oficial sobre la atención integral del aborto en la educación médica o en la de partería.
En el pasado se han intentado reformas. En el año 2000, el Parlamento aprobó un proyecto de ley sobre el aborto seguro, pero no recibió la aprobación definitiva. Más recientemente, en junio de 2024, se presentó al Parlamento el proyecto de Ley sobre maternidad segura y salud reproductiva (SMSR). Su objetivo es legalizar el aborto hasta las 14 semanas por cualquier motivo y más tarde en casos que impliquen riesgos graves para la salud, anomalías fetales o embarazos resultantes de violación o incesto. Aunque el proyecto de ley cuenta con un fuerte respaldo por parte de los defensores de los derechos de la mujer, se ha enfrentado a la oposición de parte de la comunidad religiosa de Sierra Leona y sigue siendo objeto de revisión parlamentaria.
La partería en Sierra Leona
Las matronas y enfermeras constituyen el segmento más grande de proveedores de atención médica en el país, pero su número total sigue estando muy por debajo de las necesidades nacionales y su distribución es desigual, lo que deja a muchas zonas rurales sin la atención adecuada. En Sierra Leona, el número de matronas ha aumentado notablemente, pasando de menos de 100 matronas cualificadas en 2010 a unas 1579 en 2023. Aunque esto supone un avance significativo, sigue habiendo una escasez crítica, con solo 2 matronas por cada 10 000 habitantes, lo que supone solo la mitad del referencia mundial de 4 matronas por cada 10 000 habitantes.
Hay cuatro escuelas de partería en todo el país, que ofrecen formación de posgrado en enfermería y, más recientemente, programas de acceso directo.
La SLMA, fundada en 1969, representa a 645 matronas y asesora al Gobierno en materia de política sanitaria. Trabaja para mejorar las condiciones laborales de las matronas y reforzar su papel en la prestación de servicios esenciales, en particular en materia de planificación familiar y atención postaborto.

Talleres de desarrollo de capacidades
Los talleres C4W, diseñados conjuntamente por la ICM y la SLMA, exploraron el contexto global de la salud y los derechos sexuales y reproductivos y lo relacionaron con la realidad local de Sierra Leona. Un tema clave fue la adopción de un enfoque transformador en materia de género para la prestación de servicios, que desafíe activamente las normas de género perjudiciales y cree servicios más accesibles para las mujeres. Los participantes realizaron ejercicios de clarificación de valores y debates destinados a resaltar el impacto del estigma y los prejuicios en el acceso de las mujeres a la atención de la salud sexual y reproductiva y en su experiencia al acceder a ella, y se centraron en la mejora de los servicios y en cómo se puede prestar la atención de manera confidencial y respetuosa. En el segundo día del taller, los laboratorios de habilidades prácticas destacaron como uno de los aspectos más interesantes para muchos participantes. Señalaron que la falta de un entorno propicio, junto con los mitos y conceptos erróneos persistentes sobre ciertos métodos anticonceptivos, había contribuido a una disminución de sus habilidades y, en última instancia, a una baja aceptación de estos métodos.
Con la guía de los facilitadores expertos del Ministerio de Salud y la Asociación de Partería, las matronas participaron en una formación simulada para practicar la inserción y extracción de dispositivos intrauterinos (DIU) e implantes, así como la realización de aspiraciones manuales por vacío para la atención postaborto. Para aquellas que trabajan en zonas rurales remotas, esta experiencia práctica resultó especialmente valiosa.
El tercer día se enfocó en defensa y promoción. Las matronas desarrollaron estrategias para introducir cambios específicos, medibles y alcanzables en sus lugares de trabajo, desde mejorar la privacidad en los entornos clínicos hasta garantizar que todo el personal respete los principios del cuidado materno respetuoso.
Barreras para la salud sexual y reproductiva
Los talleres también revelaron importantes barreras a las que se enfrentan las mujeres, en particular las adolescentes, para acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva. A muchas adolescentes no se les permite acudir a las clínicas de planificación familiar sin el consentimiento de sus padres o evitan hacerlo por el riesgo de que alguien de su comunidad las vea entrar en la clínica. Las preocupaciones por la privacidad influyen mucho en los métodos que eligen las mujeres, que suelen preferir los implantes por su discreción. La escasez periódica de equipos y productos básicos, como los anticonceptivos, limita aún más la capacidad de las matronas para prestar servicios y las opciones de las mujeres.
Las normas culturales y los estereotipos de género siguen estando profundamente arraigados. Las parteras compartieron experiencias en las que se considera que los hombres son los que toman las decisiones sobre el tamaño de la familia y la actividad sexual, mientras que se espera que las mujeres sean cuidadoras sumisas. Estas actitudes contribuyen a la resistencia al acceso a los anticonceptivos, especialmente en el caso de las mujeres jóvenes y solteras.

Mayor conocimiento de las Competencias esenciales para la práctica de la partería de la ICM
Las participantes en el taller completaron evaluaciones de confianza antes y después del taller para evaluar su seguridad en la prestación y el apoyo a los Servicios de planificación familiar y Atención postaborto dirigidos por matronas. Antes del taller, las participantes manifestaron poca confianza en su familiaridad con las Competencias esenciales de la ICM. Luego de la capacitación, la confianza en este ámbito mejoró significativamente, aunque siguió siendo un área de mejora. En lo que más se incrementó el nivel de confianza tras el taller fue en la comprensión de los Modelos de atención en partería y el uso de herramientas como la aplicación de los Criterios de Elegibilidad Médica (CEM) de la OMS para apoyar la toma de decisiones sobre anticoncepción. Los participantes valoraron especialmente las sesiones sobre la inserción de DIU posparto y en intervalos, la atención integral del aborto y del posaborto, además de apreciar el enfoque práctico y aplicado que mejoró sus habilidades.
Los participantes destacaron varias sesiones notorias, entre ellas la dedicada a la atención basada en los derechos, por su sólido énfasis en la autonomía de las mujeres. En los debates en grupo se examinó cómo el estrés y la ausencia de un entorno propicio pueden influir en la actitud de las matronas hacia las personas que atienden, subrayando la necesidad de proporcionar un cuidado respetuoso a todos, independientemente del nivel de estrés de quien brinda atención o de la edad y las circunstancias de la persona. Se hizo hincapié en que es fundamental evitar los juicios, ya que pueden disuadir a las personas de buscar atención y contribuir al aumento de la mortalidad materna.
Entre las áreas clave que deben mejorarse figuran el empoderamiento de los adolescentes para que accedan a los servicios, la promoción de la planificación familiar para prevenir los embarazos no deseados y los abortos inseguros, además de la puesta en marcha de campañas de educación en las escuelas. Otras prioridades son la mejora de la privacidad en los centros de salud y el refuerzo del asesoramiento prenatal para fomentar el uso de anticonceptivos luego del parto.
Resiliencia y el camino a seguir
Las matronas de Sierra Leona han demostrado constantemente su resiliencia y dedicación, prestando asistencia durante crisis como el ébola, la COVID-19 y otros retos. Los recientes talleres demostraron no solo su compromiso con la ampliación de sus habilidades clínicas, sino también su determinación de abogar por los derechos y la dignidad de las mujeres a las que atienden.
La colaboración entre la ICM y la SLMA ha contribuido al impulso para promover la salud sexual y reproductiva en Sierra Leona. Si bien las reformas legales, las mejoras sistémicas y el cambio cultural en relación con la autonomía reproductiva de las mujeres y las niñas llevarán tiempo, las matronas siguen siendo el núcleo de esta transformación, trabajando para garantizar que todas las mujeres y niñas puedan acceder a una atención segura, respetuosa y basada en los derechos.
Colaboración interprofesional
Durante la visita al país, el equipo de la ICM realizó visitas a centros de salud, incluyendo uno al que se visitó dos veces, primero como invitados de las matronas y más tarde acompañados por colegas obstetras-ginecólogos. Esto proporcionó al equipo diferentes perspectivas y conocimientos sobre las prácticas colaborativas. Las visitas abarcaron dos grandes hospitales de referencia con altas tasas de natalidad y dos hospitales de distrito con tasas de natalidad más bajas. Todas las instalaciones contaban con salas dedicadas a la planificación familiar y equipadas con productos básicos; sin embargo, se necesitaban cambios sistémicos para llegar a las mujeres antes de su alta posnatal a fin de mejorar la accesibilidad y la aceptación de los anticonceptivos. Las observaciones en las unidades de maternidad revelaron una falta de privacidad para las usuarias de los servicios y problemas de hacinamiento, junto con pruebas claras de los esfuerzos del proyecto destinados a reforzar la prestación de servicios y mejorar las infraestructuras.
La visita del equipo de la ICM se programó para que coincidiera con la del responsable del proyecto C4W de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO). En conjunto, la ICM y la FIGO organizaron un taller de tres horas al que asistieron una amplia gama de partes interesadas. Los debates se centraron en la optimización de la fuerza laboral para aumentar el acceso a los servicios de planificación familiar y atención postaborto. Además de debatir sobre el ámbito de actuación de los médicos y las matronas, los participantes abordaron las dificultades de coordinar los servicios cuando intervienen muchos tipos diferentes de proveedores de atención sanitaria. Como parte de los esfuerzos de Sierra Leona por reducir la mortalidad materna, se han introducido nuevos grupos de atención sanitaria. Los auxiliares de salud maternoinfantil prestan servicios básicos de enfermería y partería en zonas de difícil acceso, mientras que, para hacer frente a la escasez de cirujanos obstétricos, se ha formado a agentes de salud comunitarios y asistentes médicos como auxiliares quirúrgicos. En 2023, este grupo realizaba más de 50% de las cesáreas y se había convertido en un recurso vital, especialmente en las regiones desatendidas. Cuando las matronas y los ginecólogos-obstetras entablan debates sobre la colaboración interprofesional y el ámbito de práctica, es importante reconocer e integrar las funciones y contribuciones de estos grupos sanitarios adicionales.
Para más información consulte el Taller innovador para fortalecer la colaboración entre matronas y ginecólogos-obstetras | Figo
Conclusión: aprendizaje mutuo y fortalecimiento de la partería en Sierra Leona
La visita de las asesoras de partería de la ICM a Sierra Leona fue más que una misión de desarrollo de capacidades, fue un viaje compartido de aprendizaje y crecimiento. Mientras que las matronas reforzaron sus habilidades prácticas en materia de planificación familiar, atención postaborto y prestación de servicios respetuosos y basados en los derechos, el equipo de la ICM profundizó su comprensión del contexto local, los retos y las innovaciones que configuran la salud materna. La colaboración resaltó la importancia de la atención centrada en los pacientes, el trabajo en equipo entre diferentes categorías profesionales y el fortalecimiento del sistema de salud, reforzando el papel central de las matronas en la promoción de la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Sigue siendo esencial la defensa y promoción continuas de la reforma legal a través del proyecto de Ley sobre maternidad segura y salud reproductiva. Las matronas se encuentran en el centro de la transformación de la salud de las mujeres en Sierra Leona, combinando habilidades clínicas, compasión y resiliencia para garantizar que la atención basada en los derechos llegue a todas las mujeres.